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Psicología Cognitiva Social


La psicología cognitiva social es una rama de la psicología que se enfoca en el entendimiento del cómo la gente piensa, percibe, recuerda y aprende en contextos sociales. Es decir, cómo el contexto social de las personas y las relaciones con los otros influyen en los procesos cognitivos y cómo esto modela el comportamiento.


La teoría de la psicología cognitiva social fue propuesta en primer lugar por Albert Bandura a mediados del siglo 20. Fue denominada la teoría del “aprendizaje social”, la cual explica cómo las personas aprenden a través de la observación e imitación del comportamiento de los otros. De acuerdo a la teoría de Bandura, la gente aprende reteniendo y reproduciendo la información adquirida de la observación social. Propone que el proceso de aprendizaje ocurre a través de cuatro componentes: la atención, la retención, la reproducción y la motivación.


En la primera fase de atención, las personas observan con interés el comportamiento de otra persona. La retención implica el proceso de codificación y almacenamiento del comportamiento observado en la memoria. Luego es usado y reproducido, siendo éste el proceso por el cual se llevaba a cabo el comportamiento observado. Finalmente, la motivación, son los factores tanto internos como externos que llevan a las personas a ejecutar el comportamiento observado.


Dentro de la teoría de Bandura, se propone que el aprendizaje ocurre a través de una combinación de experiencias directas e indirectas. La primera tiene relación con la que ocurre cuando las personas realmente ejecutan un comportamiento por sí mismas y aprenden de las consecuencias de sus acciones. La segunda, la experiencia indirecta, ocurre cuando las personas aprenden de las consecuencias del comportamiento de otras personas.


La teoría cognitiva social ha sido usada para explicar y entender un gran rango de comportamientos humanos, desde la agresión, el abuso de sustancias, problemas de salud mental, el desarrollo de la personalidad, la influencia del entorno, el altruismo, entre otros.


Ahora se revisará brevemente algunos de los experimentos más famosos dentro del campo de la psicología cognitiva social:


A inicios de los años 60, Stanley Milgram condujo una serie de experimentos para investigar los efectos de la autoridad en el comportamiento humano. La motivación del investigador se debía a que tras el Holocausto muchos de los soldados alemanes se excusaron argumentando que solo seguían las órdenes de sus superiores. Así surgió el más famoso de sus experimentos: El experimento de la obediencia de Milgram, que ha sido estudiado y revisado por numerosos investigadores a lo largo del mundo, debido a las consideraciones éticas que implicó su realización.


En su famoso experimento, Milgram quería poner a prueba la voluntad de los participantes a obedecer ordenes de una figura de autoridad, aún cuando esas ordenes eran percibidas como contrarias a su conciencia. El investigador descubrió que la gran mayoría de las personas estaban dispuestas a obviar sus principios morales para seguir las instrucciones de la figura de autoridad.


Los experimentos fueron recreados en un entorno de laboratorio. Milgram reclutó a participantes voluntarios y los dejó en una habitación con otras dos personas quienes eran actores. Uno de ellos era el investigador, y se realizaba un proceso de selección arreglado para que el otro actor interpretara el rol del estudiante, mientras que el participante del experimento tomaba el rol del profesor. El participante del experimento tenía la labor de administrar choques eléctricos al estudiante cada vez que daba una mala respuesta al investigador, ante preguntas de fácil respuesta. Los choques eléctricos comenzaban en 15 voltios y subían 15 voltios adicionales por cada respuesta errónea, existiendo 30 niveles hasta alcanzar el máximo.


El profesor recibía instrucciones de parte del investigador para aumentar los choques eléctricos cada vez que el estudiante daba una respuesta errónea (intencionalmente). Se descubrió que el 65% de los participantes llegaron a administrar el máximo de 450 voltios a los estudiantes. Y a pesar de los gritos de angustia del actor, todos los participantes alcanzaron a administrar el nivel de los 300 voltios.


El experimento concluyó cuánta gente estaba dispuesta a seguir voluntariamente las instrucciones de una figura de autoridad, aún cuando se les solicitaba que hicieran algo que iba en contra de códigos morales básicos (como es el provocar daño a otra persona).


Otro experimento famoso de la corriente cognitiva social, es el experimento de la conformidad de Solomon Asch, que demuestra cómo la opinión de una mayoría puede influenciar el comportamiento de un individuo. El experimento consistía en presentar una tarea de comparación a un grupo de participantes. A cada participante se le mostraban líneas diferentes de las cuales tenían que indicar la más larga. La mayoría de ellos por previo acuerdo con el investigador, otorgaban una respuesta errónea, es decir, indicaban que la línea evidentemente más corta era la más larga. Esto generaba incertidumbre y extrañeza en el participante, quien, tras la presión por las respuestas de las otras personas, replicaba la misma información, señalando la línea más corta. Se encontró que el 37% de los participantes eran influenciados por la presión social, y elegían la respuesta errónea. Esto demuestra que cuando los individuos se encuentran en un grupo, son influenciados por la opinión de la mayoría, aún cuando ésta se encuentre en conflicto con su propia opinión, o sea evidentemente errónea.


Este experimento ha sido vastamente replicado y estudiado en la psicología hasta la actualidad. Se ha usado para explicar por qué las personas se ven influenciadas ante la presión social, por qué tienen dificultades para enfrentarse a una figura de autoridad y por qué se ven influenciados por la opinión grupal.


Destaquemos el experimento de Heider-Simmel. El estudio conducido por Fritz Heider y Mary Simmel investigaba el efecto de la percepción en el comportamiento de las personas. El experimento consistía en mostrar a los participantes un video animado donde dos triángulos y un círculo se movían alrededor en distintas maneras y los participantes debían interpretarlos y explicar el comportamiento de las figuras.


Los resultados encontraron que las personas tendían a atribuir características humanas a las figuras, como emociones, motivaciones e intención. Este fenómeno se conoce como animismo, que es una forma en que las personas proyectan características humanas en objetos no animados. Adicionalmente, se descubrió que las personas eran influenciadas por sus sesgos al percibir el comportamiento de las figuras, ya que dependiendo de si los participantes tenían sesgos hacia una u otra figura, era más probable que le atribuyeran un comportamiento más negativo que a la otra.


Se llegó a la conclusión de que las percepciones influyen en el comportamiento, la toma de decisiones, y los juicios, sin importar si las percepciones eran precisas o no. Lo cual revela la influencia de ellas en la interpretación que las personas tiene sobre el mundo que los rodea.


Psicología Cognitiva del desarrollo


La psicología cognitiva del desarrollo es una corriente de la psicología que se enfoca en el estudio del desarrollo infantil y cómo los niños piensan, aprenden y se desarrollan a lo largo de su vida. La psicología cognitiva busca entender los procesos mentales que subyacen al desarrollo cognitivo, la memoria, el lenguaje, resolución de problemas y toma de decisiones, y cómo cambian a lo largo del desarrollo de los niños, y cómo el contexto de los niños interactúa con dicho desarrollo.


Una de las teorías más importantes de la psicología cognitiva del desarrollo es la teoría de Jean Piaget, investigador pionero en el campo. Su trabajo se centró en las etapas del desarrollo cognitivo, creando una de las teorías más famosas del desarrollo, que detalla que los niños atraviesan por cuatro estadios de desarrollo: el sensoriomotriz, el preoperacional, el de operaciones concretas y el de operaciones formales.


En cada etapa los niños aprenden y comprenden el mundo de forma distinta, evolucionando su visión de mundo mediante de la adquisición y dominio de distintas habilidades cognitivas a través de la interacción con su medio ambiente. Además de las habilidades, los niños interiorizan las creencias culturales, los valores, las normas sociales a través en contextos de socialización como la familia, la escuela y otras instituciones comunitarias.


Pasaremos a revisar brevemente uno de los experimentos más famosos dentro del campo de la psicología cognitiva del desarrollo:


El experimento del Malvavisco, fue conducido en la década de los 60, y buscaba poner a prueba la habilidad de niños entre 3 y 5 años de retardar la gratificación instantánea a fin de recibir una recompensa mayor. Los investigadores le daban a un niño una recompensa, un malvavisco, y le decían que debían esperar una determinada cantidad de tiempo, tras el que recibirían otra recompensa. El resultado del experimento concluyó que quienes tenían la habilidad de resistir la gratificación instantánea para conseguir mayores ganancias a largo plazo, tenían un mejor desempeño académico, mayor regulación emocional, mayor salud psicológica, mejor desempeño laboral, y en general mayor satisfacción en la vida.


Por otro lado, investigaciones posteriores descubrieron que retrasar la gratificación puede ser aprendido, a través del uso de habilidades como la fijación de objetivos, automonitoreo, y la resolución de problemas, para resistir la tentación de recibir gratificación inmediata con el objetivo de generar mayor satisfacción a mediano y largo plazo.


Psicología cognitiva educacional


La psicología cognitiva educacional es una rama de la psicología cognitiva que se enfoca en entender cómo la gente aprende en contextos educativos. Es un campo interdisciplinario que involucra a la psicología cognitiva, la educacional y la neurociencia. Esta corriente de la psicología explora la interacción entre el aprendizaje de estudiantes y la forma en que los profesores pueden facilitar el aprendizaje, con el objetivo de diseñar estrategias efectivas de enseñanza. Adicionalmente, busca estrategias para ayudar en el proceso de enseñanza-aprendizaje de personas con problemas de aprendizaje.


Esta rama de la psicología se basa en la premisa de que las personas aprenden mejor cuando el conocimiento está basado en su conocimiento previamente existente, su experiencia, y sus habilidades. Esto implica que investigan cómo los estudiantes piensan y procesan la información para entender cómo aprenden. Adicionalmente investigan cómo los profesores pueden facilitar el aprendizaje a los estudiantes. Dentro de los factores y elementos que estudian, se encuentran cómo diseñar planes de estudio efectivos, cómo crear contenido significativo e interesante, cómo usar la tecnología para reforzar los procesos de enseñanza-aprendizaje, cómo afectan los diferentes entornos de aprendizajes o aulas, desde la disposición, la estructura, calidad de luz natural, y cómo todo ello impacta e influye en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.


En los siguientes párrafos se citará dos experimentos famosos que estudiaron el funcionamiento de la memoria, función cognitiva central en el aprendizaje.


El experimento de Glanzer y Cunitz presentó una lista de palabras a los participantes para que las repitieran tras un corto período de tiempo, con ello consiguieron demostrar que la información fue inicialmente almacenada en la memoria a corto plazo, donde estaba disponible para recordarla por cerca de 30 segundos. Después de este tiempo, la información era transferida a la memoria de largo plazo, donde podía almacenarse y encontrarse disponible para reutilizarla tras un período de tiempo mayor. Esto demostraba cómo la información se movía desde la memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo y la relevancia de espaciar los contenidos en los procesos de aprendizaje.


El experimento “perdido en el centro comercial” involucraba pedirles a los participantes que recordaran eventos de su niñez, para posteriormente sugerirles que habían tenido una experiencia que realmente no sucedió, como lo es el haberse perdido en un centro comercial. Los participantes aceptaron esta premisa falsa y comenzaron a incorporarla en sus memorias de infancia, demostrando que la memoria puede ser manipulada y distorsionada, ayudando a analizar cómo se forma y almacena la información en la memoria y cómo se crean falsos recuerdos.


Psicología cognitiva de la personalidad


La psicología cognitiva de la personalidad es el estudio de cómo las personas piensan y procesan la información para entender cómo se forma la personalidad. Es una corriente de la psicología que investiga cómo los procesos cognitivos como las representaciones mentales, las creencias, expectativas, actitudes, así como el ambiente y la genética influyen y moldean el desarrollo de identidad de las personas.


Además de lo anterior, la psicología cognitiva de la personalidad investiga cómo las personas aprenden a adaptarse a nuevas situaciones, lo cual incluye cómo las personas crean o adquieren nuevas creencias o actitudes y cómo pueden modificar las existentes a lo largo de su vida.


En contraste, la teoría psicodinámica de la personalidad se centra en el rol de los procesos inconscientes que modelan el comportamiento y la personalidad, con un énfasis en las experiencias del desarrollo infantil temprano y las relaciones con padres y/o cuidadores principales y otras personas significativas que moldean las creencias, actitudes y comportamientos.


Otra teoría diferente pero que comparte relación con la psicología cognitiva de la personalidad, es la teoría humanista, ésta se centra el autoconcepto, las creencias y valores que moldean el comportamiento, desde un enfoque de autovalía y desarrollo del sí mismo, desde el enfoque de cómo la autopercepción y creencias sobre la autoeficacia afectan el comportamiento y desarrollo de la personalidad.


Volviendo al modelo cognitivo, entre sus autores más famosos Beck, destaca que la personalidad es un patrón de pensamientos, sentimientos y comportamientos únicos que moldean el cómo las personas responden a los estímulos de su entorno.


La teoría de Beck sugiere que la personalidad se encuentra en constante estado de cambio y evolución como resultado de la interacción con el ambiente circundante. En consecuencia, señala que cambiando las creencias, valores, sentimientos, expectativas y comportamientos, se puede modificar la personalidad. Siendo el punto clave entender el concepto dinámico de la personalidad, no como un fenómeno estático e inmutable.


Uno de los experimentos más famosos asociados a la modificación e influencia en la personalidad es el experimento de la prisión de Stanford, conducido por Philip Zimbardo en 1971. El experimento reunió a un grupo de estudiantes universitarios a los que se les asignó de forma aleatoria el rol de guardia o prisionero, a fin de investigar cómo las personas interiorizaban cada rol y cómo ellos influenciaban su personalidad y comportamiento.


El experimento fue planeado para llevarse a cabo por dos semanas, se les dio autoridad a los guardias sobre los prisioneros y fueron instruidos para mantener el orden. Durante el experimento las personas rápidamente internalizaron sus roles, generando que los guardias se volvieran autoritarios y a veces crueles, y los prisioneros se mostraron desmoralizados, deprimidos y sumisos. El comportamiento y personalidad de cada uno de los participantes cambio de forma extrema, en el lado de los guardias existieron los que hacían cumplir las reglas de “la cárcel” de forma concreta. Por otro lado quienes intentaban ayudar a los prisioneros. Y por último un porcentaje no menor que se había tomado el papel demasiado en serio y caían en actos crueles, humillantes y hostiles hacia los participantes que actuaban como prisioneros.


En tanto que los prisioneros sufrieron de forma abrumadora la experiencia, lo que en conjunto con las reprochables condiciones morales del experimento, hicieron que Zimbardo diera por terminado el experimento al sexto día, sin concluir el período previo propuesto.


Esto demostró cómo los procesos mentales que conforman la personalidad pueden ser influenciados por condiciones ambientales en situaciones extremas.


Los resultados obtenidos en el experimento de Zimbardo tuvieron un impacto profundo que ha permanecido hasta la actualidad en el campo de la psicología cognitiva de la personalidad y han sido utilizados para discutir el poder de la autoridad, el papel del ambiente en las personas, y la importancia de los valores y las creencias como modeladoras del comportamiento y la personalidad.


Psicología cognitiva anormal


La psicología cognitiva anormal es la rama de la psicología que estudia los patrones de pensamiento y comportamiento inusual y que pueden ser interpretados como anormales. Es un campo multidisciplinario que incluye la psicología cognitiva, la psicología anormal, la neurociencia, y la psicología de la personalidad. Este enfoque busca conocer los procesos mentales que subyacen al comportamiento anormal, y cómo estos procesos cambian con el tiempo.


La psicología cognitiva anormal se basa en la teoría de que muchos de los trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, los trastornos alimentarios, entre otros, son causados por patrones de pensamientos y creencias disfuncionales. Los investigadores han identificado distorsiones cognitivas, como el pensamiento de “todo o nada” o la sobre generalización, que son comunes en gente con trastornos mentales. Adicionalmente los investigadores descubrieron que la forma en que las personas piensan y procesan la información puede ser afectada por su entorno, considerando que en algunos casos experiencias de infancia o eventos traumáticos pueden generar funcionamiento anormal de procesos cognitivos de las personas.


No obstante, la psicología cognitiva anormal también centra sus esfuerzos en encontrar formas de intervención que puedan ayudar a las personas con trastornos mentales.


Una de las terapias más ampliamente utilizadas es la terapia cognitiva conductual, que mantiene a la base vasta evidencia científica sobre su efectividad en el tratamiento de trastornos de salud mental.


La terapia cognitivo conductual se enfoca en tratar los problemas relativos a los pensamientos y comportamientos que influyen en la salud mental y el bienestar de las personas. El proceso terapéutico incluye como objetivo principal cambiar la forma en que el paciente piensa y actúa, pues repercute en su salud mental. La terapia cognitivo conductual es una terapia breve basada en la evidencia, que puede ser realizada de forma individual o grupal, orientada al logro de objetivos para identificar esquemas de pensamiento y comportamientos disfuncionales, para modificarlos y ayudar a mejorar la calidad de salud mental de los pacientes.


Este tipo de terapia puede ser utilizada en una variedad de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad, trastornos alimentarios, estrés, trastornos de estrés postraumático, abuso de sustancias, entre otros. Y propone a los pacientes formas de controlar y gestionar sus pensamientos y comportamientos disfuncionales para lograr mayor control de sus vidas y de su bienestar, esto a través del desarrollo de habilidades de resolución de problemas, mejorar autoconocimiento, habilidades de comunicación, y entendimiento de cómo los procesos internos influencian el humor.

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